Opinion

La preocupada voz de los aliados

Parece increíble que un pronunciamiento de gran importancia sobre la crisis venezolana, suscrito por Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, haya recibido escasa atención en las inefables redes sociales de venezolanos en Venezuela y en la diáspora. En la página del Departamento de Estado de los Estados Unidos, bajo la rúbrica de comunicados referidos a Venezuela se encuentran nada menos que 62 entradas. Vale la pena pasearse por el texto en cuestión (traducción libre inspirada en Google Translator).

La siguiente declaración fue emitida por el Secretario de Estado Antony J. Blinken, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, y el Ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Marc Garneau. (Comienzo del texto:)

Seguimos profundamente preocupados por la crisis actual en Venezuela y su impacto regional y global.

La solución pacífica a esa profunda crisis política, social y económica tiene que provenir del propio pueblo venezolano a través de negociaciones integrales lideradas por Venezuela con la participación de todos los interesados. Un proceso de negociación integral y con plazos concretos debería restaurar las instituciones del país y permitir que todos los venezolanos se expresen políticamente a través de elecciones locales, parlamentarias y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes.

Pedimos la liberación incondicional de todos los detenidos injustamente por motivos políticos, la independencia de los partidos políticos, la libertad de expresión, incluida la de los miembros de la prensa, y el fin de los abusos contra los derechos humanos.

Damos la bienvenida a los avances sustantivos y creíbles para restaurar los procesos e instituciones democráticos centrales en Venezuela y estamos dispuestos a revisar las políticas de sanciones sobre la base de avances significativos en una negociación integral.

Hacemos un llamado por condiciones electorales que cumplan con los estándares internacionales para la democracia, comenzando con las elecciones locales y regionales programadas para noviembre de 2021.

Seguimos comprometidos a abordar la grave crisis humanitaria dentro de Venezuela y damos la bienvenida a un mayor acuerdo entre todos los actores políticos en Venezuela para permitir el acceso sin restricciones a la asistencia humanitaria, que incluye alimentos, medicamentos y suministros críticos de alivio para el COVID-19. (Final del texto)

Google Translator es normalmente un buen punto de partida para este tipo de traducciones. Sin embargo, cuando se trata de textos complejos políticos, filosóficos o técnicos, se requiere una revisión cuidadosa. En este caso, hay que prestar atención a que la declaración menciona en su segundo párrafo (en inglés) The peaceful solution to that deep political, social, and economic crisis has to come from the Venezuelan people themselves through Venezuelan-led, comprehensive negotiations with participation from all stakeholders. Google Translator traduce, correctamente, stakeholders como «interesados», lo cual podría llevar a pensar que el documento llama simplemente a la acción conjunta de los interesados en buscar una solución pacífica a la crisis venezolana.

El problema es que hay una sutileza importante en el uso en inglés de este vocablo, y es que el mismo se puede referir a accionistas o, en general, a actores que tienen poder, influencia e injerencia sobre las decisiones. Es decir, que los «interesados» o «partes interesadas» a las que se refiere el comunicado de los principales actores internacionales de apoyo al gobierno interino de Juan Guaidó, en primer lugar no lo mencionan y, aún más importante, están invocando la eventual participación de todos los stakeholders en la crisis venezolana, lo cual incluye de manera predominante a los países que apoyan al régimen de Maduro, especialmente Cuba, Rusia y China y, por supuesto, al propio régimen y los factores de la oposición.

Dicho en términos más directos, el que el documento se refiera de manera implícita a factores de poder interesados ratifica una tendencia importante en el apoyo internacional a Venezuela: no hay solución real a la crisis venezolana sin tener en cuenta los intereses del poder tras el trono del régimen madurista: Cuba.

La idea implícita parece ser que cualquier negociación sobre Venezuela debe garantizar al menos la sobrevivencia a Cuba, y la atención de la deuda a Rusia y China.

El otro párrafo esencial de la nota de prensa del Departamento de Estado norteamericano es el referente a las elecciones programadas para noviembre de este año por un Consejo Nacional Electoral cuya legitimidad es cuestionada por Guaidó y buena parte de la oposición. Es evidente que la declaración reconoce que las elecciones de noviembre se van a realizar, lo cual sin duda involucra un reconocimiento implícito al CNE independientemente de que el mismo haya sido nombrado por la Asamblea Nacional «alacrana».

La breve nota de prensa del Departamento de Estado norteamericano constituye una advertencia importante tanto al gobierno interino como a la oposición venezolana en su conjunto. Los países que han estado más del lado del gobierno interino y, en general, de la causa de la democracia y la libertad en nuestra nación, no solamente apuntan implícitamente al involucramiento de actores internacionales que apoyan al régimen de Maduro sino que señalan de modo explícito que están dispuestos a cambiar sanciones por condiciones electorales aceptables dentro de una negociación integral.

La voz de nuestros aliados internacionales suena con fuerza, y cada vez con mayor intensidad, en la dirección de lo que ya sabemos y no aprendemos.

Se requiere con urgencia una actuación estratégica unificada de la resistencia democrática. Una que apunte de modo inequívoco a rescatar el valor del voto como herramienta de combate contra el gobierno de facto. Ello supone tomar una decisión unitaria sobre los procesos electorales. O bien participar para competir en espacios restringidos o bien no participar masivamente para evidenciar el fraude. Ambas conductas son posibles. Ambas exigen una decisión unificada que se nos sigue escapando entre las manos, mientras el gobierno de facto avanza con mucha solidez y sentido de poder.

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