Opinion

Un encuentro de rebeldía ciudadana

La semana pasada se produjo un encuentro virtual entre líderes y activistas, tanto individualidades como miembros de organizaciones pertenecientes a la sociedad civil y al mundo político venezolano

La lucha por la recuperación de la democracia y la libertad en Venezuela exige no solamente una caracterización profunda del régimen y la concreción de acciones que contribuyan a debilitarlo, sino el diseño y articulación de una narrativa que sea capaz de explicar con claridad los objetivos de esta lucha, y que al mismo tiempo permita conectarse con la gente. Esto último es una tarea especialmente compleja porque la frustración y el desencanto de la población por las acciones erráticas de la oposición han generado lo que podríamos llamar una conducta de la sobrevivencia, donde la democracia ha pasado a ser un tema subsidiario al lado de la tarea existencial de sobrevivir en un país desmantelado como Venezuela. A ello hay que sumarle que la conducta exhibicionista y prepotente de la oligarquía chavista ha terminado por permear el esquema de valores de nuestros jóvenes. En otras palabras, el tema fundamental de que la destrucción de las instituciones democráticas del país, y la instalación de un esquema de populismo autoritario se traducen también en el empobrecimiento de la nación y la destrucción de oportunidades para la gente, ya no es un tema obvio y es necesario contar con un lenguaje que permita restablecer lo que es hoy una conexión menguada con nuestra gente, y que eventualmente reactive la resistencia al autoritarismo del régimen.

Al control de la población por el miedo y la pobreza, que eran los mecanismos clásicos heredados por el régimen de sus instructores cubanos, hay que sumarle una ruta alterna de control que se fundamenta en una supuesta recuperación de la economía venezolana, lo que abre la puerta a un esquema a la china donde está permitido enriquecerse para ciertos sectores, mientras no se evidencie ninguna intención de participación política. Este esquema de cohabitación perversa no guarda relación alguna con las formas de coexistencia política y ciudadana, incluso entre adversarios, que son características de las sociedades democráticas.

La semana pasada se produjo un encuentro virtual entre líderes y activistas, tanto individualidades como miembros de organizaciones pertenecientes a la sociedad civil y al mundo político venezolano, dentro y fuera de los confines de la nación, para precisamente discutir los elementos centrales de un documento de narrativa que pretende cumplir el objetivo doble de analizar la situación actual y de asumir posiciones éticas y de principios sobre la necesidad de oponerse y debilitar a un régimen que ha destruido el país y que pretende perpetuarse en el poder. Al mismo tiempo, se trataba de diseñar líneas de acciones y objetivos concretos primeramente enfocados en la diáspora pero con un claro sentido de integración de los distintos universos geográficos, sociales y económicos donde hacen vida los venezolanos en el exterior, con los venezolanos en Venezuela. El documento titulado “Una voz de los venezolanos en el mundo” fue concebido no simplemente como un texto a ser respaldado por organizaciones e individuos, sino como un escrito capaz de convocar y de ser asumido como propio por todos los firmantes. 

En el evento, que contó con unos 90 asistentes, se hizo énfasis en que era necesario ejecutar acciones y ejercer presión para garantizar que la diáspora pueda ejercer sus derechos ciudadanos, los cuales no se limitan solamente al voto en la próximas elecciones presidenciales, sino a expresarse en el debate interno de la oposición democrática para la eventual selección de un candidato unitario. Un tema central de discusión lo constituyeron tres iniciativas relativas a la organización de la Conferencia de Venezolanos en el Mundo, la conformación de un equipo amplio de comunicaciones e información y la conformación del Fondo de Participación Ciudadana, para la obtención de recursos no corporativos para enfrentar los retos de la participación en las circunstancias menguadas actuales con un régimen dispuesto a llegar a medidas extremas para impedir la expresión de la soberanía popular. En este contexto se consideró también el establecimiento de una plataforma tecnológica que se apoye en la ampliación del registro electoral y que permita la expresión segura de opiniones, y eventualmente votos, provenientes de la diáspora.

Asimismo se discutieron acciones e iniciativas para la internacionalización de la lucha por los derechos ciudadanos ante organismos y gobiernos de los países de acogida de los venezolanos e instancias multinacionales. La gravedad de la situación de secuestro de la nación y el intento de impedir a cerca de 10 millones de venezolanos, incluyendo la diáspora y los venezolanos no inscritos en el registro electoral o que han cambiado de domicilio, debe ser explicitada y denunciada como una violación a los derechos humanos y como un claro intento del régimen de promover escenarios electorales con una participación reducida donde se pueda asegurar su triunfo en unas eventuales elecciones. 

En resumen, se trató de un evento muy importante, que puede constituir un verdadero acto de lanzamiento de una iniciativa de rebeldía ciudadana, ceñida estrictamente a los principios, valores y normas establecidos en la Constitución de la nación, cuando se trata de restablecer la vigencia de la Carta Magna, severamente afectada por las acciones de destrucción de las instituciones adelantada por el régimen. Todo ello en un marco de acciones unitarias entre la sociedad civil y los partidos políticos actuando coordinadamente en esta batalla histórica contra el populismo autoritario que ha destruido a Venezuela y en las que VenAmérica está empeñada. www.venamerica.org

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